Muchas de nosotras hemos oído los milagros de los masajes reductores de abdomen, y es cierto, confirmamos que funcionan. Si buscas una forma de reducir la grasa abdominal, combinar un masaje reductor con ejercicio y una dieta equilibrada puede ayudarte a conseguirlo.
La mayor parte de las personas que nos interesamos por los masajes reductores de abdomen lo hacemos con el objetivo de conseguir mejorar la depuración líquidos, disolver los depósitos de grasa y, en resumidas cuentas, estilizar nuestra figura. Pero no solo tiene beneficios para nuestro exterior. Un buen masaje reductor ayuda a mejorar la función de los órganos, libera la tensión emocional y mejora la digestión. Y además, hay que ser constante, ya que los expertos confirman que se necesitan al menos 8 sesiones para que los tejidos empiecen a deshacerse de la grasa. Por eso, si sigues interesada en un masaje reductor de abdomen es importante que aprendas cómo y cuándo hacerlo.
Utilizar un aceite adecuado es la clave para preparar un buen masaje
La base de un buen masaje es el aceite. Para realizar un masaje reductor correctamente, el aceite debe de tener una textura acuosa y fácil de extender para poder cubrir toda la zona que se quiere tratar. Desde Secretos del Agua te recomendamos que pruebes el Aceite de Masaje, ya que su acción antiinflamatoria y antioxidante ayuda a estimular la circulación sanguínea y aporta elasticidad a la piel dejándola con un acabado suave y sedoso. A pesar de que se recomienda hacer el masaje dos o tres veces por semana, puedes utilizar el aceite cada noche antes de irte a dormir con un pequeño masaje de unos 10 minutos para que penetre bien en la piel.
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