Seguramente sigas una rutina facial intachable de limpieza e hidratación e incluso te acuerdas de aplicar crema solar para evitar el fotoenvejecimiento, pero si no exfolias la piel del rostro tu tez no luce tan radiante como podría estar.
¿Por qué es necesario exfoliarse la piel de la cara?
Sin duda alguna, el exfoliante es el producto que marca la diferencia. Los exfoliantes son los que se encargan de renovar las células muertas de la piel que taponan los poros y ayudan a que salgan a la superficie las células nuevas. Por lo que, además de limpiar la piel en profundidad influyen activamente en su regeneración.
Tipos de exfoliantes y cómo usarlos correctamente
Hay varios tipos de exfoliaciones por las que puedes optar, desde las más abrasivas que se realizan con productos que contienen ácidos hasta las exfoliaciones físicas o mecánicas, llamadas así por los gránulos que incorpora el producto. Eligir cuál es el mejor exfoliante para ti dependerá de tu tipo de piel y de los resultados que quieras conseguir:
Exfoliantes físicos
Los exfoliantes físicos son los más usados en casa. Este tipo de exfoliantes contienen partículas o granos más o menos visibles que eliminan las células muertas por fricción y que trabajan las capas más superficiales de la piel. Es aconsejable usarlos con gránulos suaves y redondos para evitar dañar o erosionar la piel.
Además, si usas exfoliantes naturales es un extra de cuidados para nuestra piel y para el medioambiente, ya que los microplásticos que contienen algunos exfoliantes son altamente contaminantes. Por ejemplo, nuestro Exfoliante de Rosas es ideal para el rostro porque el gránulo es suave con la piel. Además, es rico en activos botánicos y si se trabaja con paciencia los gránulos se deshacen y no es necesario aclarar con agua. Además es un producto tan versátil que lo usamos en nuestras Bioterapias faciales y corporales, ya que ayuda a preparar la piel para que esté mucho más receptiva a todos los productos que se irán aplicando.