Se acerca el solsticio de invierno, el día más corto del año, y el sol se pone cada día un poquito antes. La naturaleza se prepara para dormir, descansar y coger fuerzas para la primavera.
Sucede algo similar con nosotros; con la llegada del invierno tenemos un ritmo más lento, nos recogemos, pasamos más tiempo en casa. Es entonces cuando nos encontramos con nosotros mismos. Aprovechemos lo que hemos hecho durante el año y busquemos la fuerza necesaria para enfrentarnos al siguiente.
La celebración que marca el inicio de este periodo es la Espiral de Adviento, un lugar donde reunirse para brindar luz al camino de los demás.
La celebración de la Espiral de Adviento consiste en reunirnos todos alrededor de un trayecto en forma de caracol hecho de hojas, ramas y musgo. Representa la vida, la naturaleza. En el centro del camino debemos colocar una vela, un símbolo de la luz interior de cada uno de nosotros.
Lentamente, con consciencia, recorremos ese camino uno a uno, sujetando una vela que se encenderá con la vela central; la luz interna individual encendiéndose con la luz de toda la comunidad.
A medida que cada persona se aleje del centro, debe ir dejando su vela a lo largo del camino, para iluminar de forma simbólica y real a todos los demás.
Aprovechemos esta temporada para crear días de unión, de reflexión y calma. De descubrirnos a nosotros mismos y observar cómo podemos iluminar a los demás. Es momento de descubrir cómo queremos vivir nuestra vida en 2023.
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